Tendrás pensamientos positivos y pensamientos negativos rondando tu cabeza en medio de la crisis. Es normal. Habrá momentos en los que querrás rendirte. Pero también habrá momentos en los que tu determinación por seguir será más fuerte. En cada oportunidad tú decides en qué te vas a enfocar: rendirte o seguir.
Con esto no estoy diciendo que solo por pensar en cosas positivas todo va a estar bien. Pero si quieres tomar el control de tu vida, tienes que actuar. Y una mentalidad positiva te dará más confianza y toda la fuerza que necesitas para hacerlo.
Sí, sé que no es tan simple. Pero si cambias pequeños hábitos y te comprometes en ver las cosas desde una perspectiva diferente, tu vida cambiará por completo.
1. Comienza tu día agradecido y con afirmaciones positivas.
¿Despertaste tarde alguna vez, entraste en pánico y luego sentiste que todo te salió mal? Es probable que hayas empezado el día con una emoción negativa que se transmitió a todos los demás eventos que viviste. Así que en lugar de dejar que esto te domine, comienza tu día con afirmaciones positivas. Sí, háblate a ti mismo en el espejo y di cosas como «hoy será un gran día» o «gracias por un día extraordinario». Te sorprenderán los resultados.
2. Concéntrate en las cosas buenas, por pequeñas que sean.
Casi invariablemente te tropezarás con obstáculos durante el día, no existe el día perfecto. Así que cuando te encuentres en esas situaciones, piensa en los beneficios que te traen, sin importar cuán leves o poco importantes parezcan. Desafíate a ti mismo para encontrar siempre la ventaja en la adversidad.
3. Convierte tus errores y fracasos en lecciones.
No eres perfecto. Cometerás errores y experimentarás fallas en múltiples contextos, en múltiples actividades y con múltiples personas. En lugar de centrarte en el error que cometiste o en cómo fallaste, piensa en lo que vas a hacer la próxima vez y convierte tu fracaso en una lección.
4. Transforma el diálogo interno negativo en diálogo interno positivo.
El diálogo interno negativo puede arrastrarte fácilmente y, a menudo, es difícil de notar. Cuando algo no sale bien, podrías pensar “soy tan malo en esto” o “no debería haberlo intentado”. Pero estos pensamientos se convierten en sentimientos y pueden afectar tus concepciones de ti mismo. Cuando te encuentres haciendo esto, detente y reemplaza esos mensajes negativos con mensajes positivos: “una vez que practique seré mucho mejor en esto” o “eso no funcionó según lo planeado, la próxima vez me irá mejor”.
5. Rodéate de personas positivas y aléjate de las negativas.
Cuando te rodeas de personas positivas, escucharás perspectivas positivas, historias positivas y afirmaciones positivas. Tu elección de las personas con las que vives, trabajas y te asocias, tendrá más impacto en tu vida que cualquier otra cosa. Decide hoy rodearte con personas positivas, felices y optimistas que estén haciendo algo con su vida, y evita a las personas negativas a toda costa.
Rafael Avilés Ledergerber
CEO Ecuaprimas