¿Cuántas veces paramos demasiado pronto? A veces nos damos por vencidos incluso antes de empezar. Y en otros momentos, los más importantes, nos rendimos justo cuando estamos por llegar.
Muchas veces la vida no sale como lo planeas, es cierto. El camino estará lleno de problemas y de pequeñas derrotas. Habrá momentos en que las cosas se pondrán difíciles y tendrás ganas de renunciar a tus sueños.
NUNCA TE RINDAS. Todo el mundo tiene días malos. Levántate y sigue adelante. Un día a la vez.
No te conformes con menos. Los momentos más difíciles con frecuencia te llevarán a los momentos más grandes de tu vida. «Seguir adelante» debería ser tu mantra. No subestimes tus poderes ni le tengas miedo al fracaso. Teme no intentarlo.
1. Deja de preguntarte ¿POR QUÉ?
Cuando las cosas se empiecen a poner un poco difíciles y parezca que estás luchando contra una causa perdida, cuestionarte “¿por qué?” se convierte en un autosabotaje que pone tu mirada en tus debilidades y desvía tu atención de lo realmente importante.
¿Por qué siempre es tan difícil?
¿Por qué me pasa esto?
¿Por qué a mí?
Es tentador aparecer como la víctima, pero no tienes por qué tomar nada como si fuera personal. No “llueve sobre ti”, simplemente llueve. Cambia tu mentalidad. Pregúntate “¿qué puedo hacer para cambiarlo?”. Asume tu responsabilidad y ponte a trabajar.
2. Enfócate en lo que quieres, no en lo que no quieres.
Siempre que te enfocas en tus problemas y en las circunstancias que no puedes controlar, estás atrayendo las cosas que no quieres en tu vida. Todos tus pensamientos, acciones y decisiones crearán un estado de debilidad que saboteará tu progreso hacia el logro de tus metas.
En lo que te enfocas, se expande. Y si continúas enfocándote en las cosas que no quieres, solo verás problemas y no oportunidades. Así que para. Acepta responsabilidad total por lo que sucede a tu alrededor y centra tu mirada en lo que necesitas para salir adelante.
3. Al final, todo es cuestión de ACTITUD.
Porque cuando no puedes controlar lo que está ocurriendo en tu vida, siempre puedes desafiarte a ti mismo para controlar la forma en la que respondes a lo que está ocurriendo. Ahí es donde está el verdadero poder. Porque no es tanto lo que te sucede lo que marcará la diferencia. No. Es lo que haces con lo que te sucede lo que determinará hasta dónde vas a llegar.
Todo es posible. Negarte a rendirte es elemental para tu éxito. Mientras estés vivo tienes la opción de seguir intentándolo. Depende de ti, de nadie más.
Rafael Avilés Ledergerber
CEO Ecuaprimas