La mayoría de las elecciones que haces cada día pueden parecer producto de una toma de decisiones bien considerada, pero no lo son. Son hábitos. Guían cómo nos vestimos por la mañana y nos quedamos dormidos por la noche. Afectan lo que comemos, cómo hacemos negocios y si hacemos ejercicio o tomamos una cerveza después del trabajo.
Los hábitos son poderosos. Dan forma a nuestras vidas mucho más de lo que nos damos cuenta. De hecho, son tan fuertes que pueden hacer que nuestros cerebros se aferren a ellos excluyendo todo lo demás, incluido el sentido común. Pero los hábitos, incluso los que están más arraigados en nuestras mentes, no son nuestro destino.
Si puedes cambiar tus hábitos, puedes cambiar tu vida.
Para modificar un hábito, debes decidir cambiarlo. Debes aceptar conscientemente el arduo trabajo de identificar las señales y recompensas que impulsan las rutinas de los hábitos, y encontrar alternativas. Debes saber que tienes el control.
1. No confíes en tu fuerza interior. Cambiar los hábitos no es solo una cuestión de motivación o de fuerza de voluntad, a pesar de lo que probablemente hayas aprendido. Crear un hábito grande que cambie la vida es difícil: es difícil mantener la disciplina lo suficiente como para ver un cambio.
La fuerza de voluntad es un músculo, y se cansa a medida que trabaja más. La motivación es una fuerza poderosa pero vulnerable. A veces es muy fácil motivarse y te encuentras envuelto en un torbellino de emoción. Otras veces, es casi imposible descubrir cómo motivarte y estás atrapado en una espiral de muerte lenta.
La fuerza de voluntad se termina y la motivación puede ser variable. Es más eficiente, entonces, tener un plan.
2. Entiende cómo funcionan tus hábitos. Tus hábitos dan forma a cada aspecto de tu vida. Así que, si deseas mejorar tu estado físico, ser más productivo o construir relaciones más sólidas, solo es cuestión de implementar un proceso de cuatro pasos.
- Identifica la rutina.
- Determina la recompensa.
- Identifica la señal.
- Cambia la rutina.
Debes comenzar a tomar decisiones conscientes nuevamente: mantén la señal y la recompensa, pero cambiar la rutina. A veces el cambio lleva mucho tiempo. A veces requiere repetidos experimentos y fracasos. Y a veces es increíblemente difícil. Pero este marco es un lugar para comenzar. Lo importante es dar el primer paso.
3. Empieza con pequeños cambios. Pequeños pasos nos llevan a lugares lejanos. La clave es dar consistentemente esos pasos en la misma dirección. Sé que pequeñas ganancias pueden parecer casi sin sentido, especialmente al principio. Pero los pequeños cambios en realidad pueden ofrecer un progreso enorme rápidamente.
Empieza con una versión del nuevo hábito que sea increíblemente fácil para ti. Debe ser tan fácil que no puedas decir que no a hacerlo y tan fácil que no sea nada difícil al principio. Luego aumenta tu hábito cada día, pero de una manera increíblemente pequeña.
Y lo más importante, enfócate en practicar el nuevo hábito en lugar de preocuparte por el resultado. Desarrolla la habilidad de ser consistente. ESA es una habilidad que será valiosa en casi todas las áreas de tu vida.
Que tengas una semana extraordinaria y llena de bendiciones.
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Rafael Avilés Ledergerber
Presidente Ejecutivo
Ecuaprimas
