Todas las personas que pasan por tu vida tienen un propósito. Algunas te inspirarán y sacarán lo mejor de ti. Otras te pondrán a prueba o te harán vivir momentos difíciles. Pero todas te enseñarán algo sobre ti mismo.
Hoy quiero invitarte a que te tomes un momento para agradecer por todas las personas que pasan por tu vida, por las que te enseñaron lo que es el verdadero amor y por las que te impulsan a convertirte en una mejor persona, pero también por las que te han hecho sufrir.
Porque, aunque en algunas ocasiones sea difícil descubrir a primera vista la lección que te enseñan, todas, sin excepción, serán tus maestros.
1. Los maestros que te enseñan las lecciones “bonitas”.
A medida que avanzas en la vida conocerás a personas con las que te sientes conectado, con las que vibras. Y cuando sientes esa conexión, puedes ver las cualidades que valoras y que quieres tener también.
Las personas que te ayudan inculcan en ti la importancia de ayudar a los demás. Las personas que son agradecidas y generosas te animan a ver lo bueno de la vida. Y las que tienen la capacidad de amar, te dan la lección más preciosa de todas, porque a través de ellos aprendes a amarte a ti mismo y también a los demás.
2. Los maestros que te enseñan las lecciones difíciles.
Cuando era pequeño era muy gordito y algunas personas se burlaban de mi peso haciendo bromas que me hacían sentir mal. Muchos años después llegué a la conclusión de que estas personas me enseñaron a ser más fuerte y a tener la determinación para superar mis límites. También me enseñaron la importancia de la compasión y la fuerza del perdón, lecciones que marcarían mi vida por siempre.
Todas las experiencias negativas que vives tienen un valor incalculable y construyen tu personalidad. Algunas personas te fallarán o te darán la espalda. Y por muy duro que sea, eso te enseñará a seguir adelante. Otras personas te harán daño, pero sólo así te motivarán a ser más fuerte.
Y, aunque a veces es difícil comprender cómo las personas con las que vives experiencias dolorosas pueden ser importantes maestros o cómo los rasgos negativos de los demás te ayudan a desarrollar características positivas en ti, solo podemos aprender a ser mejores personas – más pacientes, tolerantes y resilientes – cuando enfrentamos los desafíos que se presentan en nuestras vidas.
3. Los maestros están por todas partes.
Cada persona con la que te cruzas es un maestro en ese momento. Están los que te dan las lecciones más divertidas e iluminan tu día. Y también están los que te dan las lecciones duras, los que te muestran dónde están tus límites. Sí, han elegido un trabajo difícil, pero alguien tiene que hacerlo.
A veces te darán una lección sin que te des cuenta. Y otras veces estarán ahí con la lección delante de ti, aunque te cueste verla. Pero si te fijas bien encontrarás maestros en todas partes, de todas las formas y de todos los tamaños: el amigo que te ayuda sin pedir nada a cambio, el taxista imprudente, el colega que te escucha, el hijo travieso, el cajero honesto… todos ellos tienen una lección que enseñarte.
…
A medida que avanzas en la vida conocerás a personas con las que gravitarás y otras de las que preferirías huir. Cuando dejes de lado tus emociones y trates a las personas como «maestros» entenderás que ninguna relación es una pérdida de tiempo, porque las malas te enseñan las lecciones que te preparan para las buenas.
Así que aprecia y da gracias por todos los maestros que te han enseñado las lecciones bonitas y también las lecciones difíciles, porque ellos han contribuido a hacer de ti una persona mejor ❤️
Rafael Avilés Ledergerber
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Excelente 😊😊😊
Un fuerte abrazo Felipe ⭐⭐⭐