Mi papi descansa ya junto a mi mami en el encuentro de amor más profundo que puede haber. Estuvimos con él hasta el último instante en que se apagó su corazón, tomándole de las manos con la convicción absoluta de que se fue lleno de paz al encuentro con Dios. Se fue dejándonos un vacío inmenso y una profunda tristeza en el corazón. Pero también nos dejó un maravilloso ejemplo de lucha y de alegría en el espíritu, viviendo una vida plena, llena de amor.
Los que fuimos bendecidos con la suerte de tenerlo en nuestras vidas nos sentimos agradecidos por todo lo que nos ha enseñado y por habernos entregado su corazón a través de su ejemplo. Y vivirá con nosotros por medio de todas las personas a las que tocó con su inmenso amor. Vivirá en el legado de una vida vivida a plenitud, sin guardarse nada, con una genuina entrega a Dios y un verdadero compromiso con los demás. Un hombre que siempre, hasta en los momentos más difíciles, era capaz de entregar una sonrisa a todos.
En estos días he tenido mucho tiempo para pensar sobre lo que mi papi significa para mí y todo lo que he aprendido a su lado. Un hombre maravilloso con un corazón gigante que ha sido para mí siempre un ejemplo de honestidad, amor, entrega, trabajo y fidelidad. Imposible no hacer de mi papi mi ideal, todo lo que un día quiero llegar a ser, él ya lo es.
Hoy quiero dedicar este correo al hombre más íntegro, alegre y positivo, a un hombre admirable, al hombre al que tengo la bendición y el honor de poder llamar papá.
1. Su amor incondicional. Mi papi vivía el amor a plenitud. Amaba profundamente a Dios – incluso estuvo en el seminario para sacerdocio – y descansaba cada día en los brazos de la Virgen María, con quien, al igual que mi mami, tenía una conexión muy especial. Tan profunda era esa conexión que fue una estampita de la Mater de Schoenstatt pegada en su pecho la que lo acompañó en las últimas horas de su vida, sabiendo que de la mano de María podía tener la paz que necesitaba.
Su inmenso amor y fidelidad a mi mami eran admirables: viéndolos juntos cada día, con esa preocupación y real entrega del uno por el otro, lo hacía a uno entender el auténtico amor incondicional de pareja. Cuando mi mami enfermó, con qué cuidado, paciencia y cariño mi papi la atendía, incluso en los días más difíciles nunca le faltó una sonrisa para mi mami, jamás. Es algo realmente admirable, solo de un amor verdadero es posible algo tan hermoso. Lo increíble es que él ya estaba enfermo, y sacó fuerzas de donde no tenía para cuidarla cada minuto de su día, con un esmero y dedicación que parecía imposible de comprender, sin descansar un instante, siempre junto a ella, siempre a su lado.
A mis hermanos y a mí, nos dio todo. Presente siempre junto a mi mami para educarnos con firmeza pero con amor, con el ejemplo, inculcando en nosotros cómo se es una persona honesta, trabajadora, respetuosa, humilde, generosa y que lucha con todas sus fuerzas por sus sueños. Y a sus nietos, ¡cómo los adoraba! Siempre tenía tiempo para ellos, esperaba con ilusión el momento de verlos para hacerles trucos de magia, acertijos matemáticos o simplemente divertirse junto a ellos como un niño más con lo que encontrara en ese momento, podía ponerse una nariz de payaso para hacerlos reír o hacer de una caja de huevos o cualquier revista una flor maravillosa o una mariposa que parecían auténticas obras de arte. Lito, como le dicen mis hijas y sobrinos, daba la vida por ellos.
2. Su compromiso con los demás. La luz que irradiaba su amor iluminaba la vida de tanta gente. Su entrega fue de corazón, fue total. El apostolado que vivió junto a mi mami liderando grupos de matrimonios siendo monitores de tantas parejas a las que guiaban con auténtica preocupación y cariño, es un claro ejemplo de lo que es el servicio entregado a los demás. Con qué dedicación preparaba cada charla, cada encuentro con su grupo. Su amor era un “amor universal”: no distinguía nada, se entregaba por completo con el mismo compromiso y entusiasmo a todos, algo que nunca dejó de hacerlo, su apostolado junto a mi mami fue total.
Ese servicio al prójimo y espíritu de ayuda a los demás se sentía en todas las acciones de su vida. Siempre estaba atento a las necesidades de las personas, viviendo el verdadero significado de lo que es “servir”. Mi papi siempre pensaba en qué podía hacer en beneficio de los demás, dejando para el final su propio bienestar. Mi papi nunca estuvo cansado o “sin tiempo” cuando se trataba de los demás, buscaba siempre la forma de encender el corazón de los que lo rodeaban. Su generosidad, entrega y espíritu de solidaridad son un legado para todos.
3. Su actitud hacia la vida. Es realmente impresionante. Todos los recuerdos que tengo de mi papi son con una sonrisa en su rostro. De hecho era mucho más que una sonrisa, era una luz que iluminaba cualquier lugar en el que estaba. Su presencia se sentía de inmediato, siempre alegre, siempre sonriendo, siempre entregando amor. Su actitud fue siempre de lucha, de compromiso, de entrega total. Jamás se rindió. Aún en los momentos más difíciles de su vida – y los tuvo muchísimos – siempre tenía una sonrisa para los demás, siempre. Inclusive ahora, en terapia intensiva, conectado a varias máquinas con cables y máscaras, en cada una de las cortísimas visitas que nos permitían, nos recibía con una sonrisa enorme que le salía del corazón.
Sería injusto decir simplemente que era una persona “positiva”. Era mucho más que eso, era tener el poder de encontrar alegría en la tristeza, el poder de transformar lo terrible y doloroso que ocurría en su vida en una oportunidad para sacar lo mejor para los que lo rodean. Era tener la fortaleza de un guerrero – de un “vikingo” como le decían los médicos – para hacer frente a cualquier desafío al que se enfrentaba. Era tener la resiliencia para poder superar los problemas, la humildad para volver a empezar de nuevo y la integridad para hacer lo correcto, siempre. Porque muchas veces perdiendo, se gana. Y él nos enseñó que al final del día eres lo que das, no lo que te quedas. Y si siempre regalas amor y alegría, entonces no hay fuerza que te detenga.
A mi papi lo vamos a recordar siempre con esa sonrisa maravillosa y esa actitud positiva que tenía. Mi papi nos enseñó a ver siempre el lado bueno de los cosas y a apreciar las bendiciones que tenemos en nuestras vidas. Yo miro hacia atrás y a pesar de que nunca podré acostumbrarme a estar sin él, le doy gracias a Dios de habernos regalado este tiempo con mi papi y de habernos permitido tenerlo junto a nosotros todos estos años.
Cuánto no daría porque mis hijas y sobrinos hubieran podido disfrutar más tiempo la compañía de sus abuelos y vivir junto a ellos el amor incondicional que ellos transmitían. Ahora nos toca a nosotros, a mis hermanos y a mí, honrar con el ejemplo todas las virtudes y enseñanzas que sembraron mis papis en nosotros, y extenderles a nuestros hijos este hermoso legado de amor.
En Ecuaprimas tenemos un lugar especial para mis papis. En cada situación difícil que enfrentábamos en la compañía o en cada negocio importante que gestionábamos, yo los llamaba a ellos y les pedía que nos “encomienden”, ya que estoy convencido de que ellos tienen una conexión especial con Dios y la Virgen María, ¡y cuántas veces nos ayudaron! Ahora tenemos dos angelitos en el cielo que nos cuidarán siempre y que estarán velando por nosotros como lo hicieron desde el primer día.
Gracias por tus oraciones y condolencias. Te mando un abrazo grande.
Rafael Avilés Ledergerber
Presidente Ejecutivo
Ecuaprimas

Rafael qué linda descripción del amor a Dios y entrega a los demás de tus papás.
Siento mucho la muerte de tu papi.
Que bellas palabras para honrar a un gran hombre, mi más sentido pésame.
Estimado Rafael.
De todo corazón quiero que recibas un fuerte abrazo lleno de fortaleza y resignación, por tan pérdida irreparable . Ahora tienes un angelito más que va a bendecir a ti y toda tu familia, se fue un gran hombre y padre pero quedas como el mejor y huella de el. Bendiciones !!
Hermoso Rafael! Gracias por compartir este mensaje. Realmente creo que tus papis hicieron un gran trabajo contigo. Admiro mucho tu vocación de servicio y tu tenacidad, cómo luchas sin descanso por conseguir las metas que te planteas. Conozco muy pocas personas que viven lo que predican y que se ocupan con tanta delicadeza de los detalles. Que Dios los tenga a tus papis en su Gloria y los recuerdos y enseñanzas que ellos te dejaron, vayan guiando tus días.
Gracias Rafael por darnos esa hermosa semblanza de tu papà, a quien conocí como esposo de Cecilia, mi prima tan querida. Les mando un abrazo muy grande con nuestro sentido pesar! Por favor extiéndelo a tu hermano Diego y a tu hermana María Cecilia!
Rafa, querido amigo, tú papá es una enseñanza de vida, uno se ahoga a veces en los problemas y nos olvidamos de ver la situación con optimismo, con una sonrisa en compañía de nuestro señor. Cada una de tus palabras, llegan a nosotros y permite felicitarte por los padres que Dios te concedió.
Un fuerte abrazo